¡Hola a todos!
Me llamo
Martín, vivo en Montevideo, Uruguay y hace varios años me surgió un inusual
interés por la cultura rusa. Tanto es así, que en el año 2005 comencé
estudios formales en el Instituto Alexander Pushkin, en el centro de Montevideo
(Uruguay). Lamentablemente, luego de 14 años de difusión de la lengua y cultura
rusas, el instituto se vio obligado a cerrar sus puertas. Fue en el año 2006. Un
pequeño subgrupo de cinco estudiantes continuamos el estudio reuniéndonos en la casa
de uno de nosotros, pero por diversos motivos, no hemos podido continuar. En ese
momento comencé a estudiar en forma autodidáctica, utilizando muchos recursos de
internet, principalmente el Skype, para hablar con nativos.
Con el tiempo me di cuenta de que algunos materiales eran
realmente excelentes, razón por la cual decidí difundirlos. Fue entonces cuando
comencé a crear este blog, en el año 2012. Al principio la idea era sólo
compartir textos de estudio, esos maravillosos textos de los cuales yo aprendí
(y sigo aprendiendo... y seguiré aprendiendo). Pero al poco tiempo decidí
introducir pequeñas traducciones de textos más o menos sencillos... y eso me
inspiró casi inmediatamente a crear videos bilingües mientras, paralelamente,
aprendía a usar el software que me permitía hacerlo: Blender. Por razones de
tiempo no puedo hacer todo lo que quisiera, pues el ejercicio de mi profesión me
lo impide: soy docente de matemática y trabajo muchas horas, y también hago
videos para mis alumnos de Educación Secundaria (aunque no los usen ;-p), pero
en la medida en que disponga de tiempo, prometo publicar más videos (incluso
originales).
Muchos de los materiales bilingües que se encuentran en este blog fueron
realizados con la invalorable ayuda de mi queridísima amiga Irina, una hermosa
moscovita a quien tuve la suerte de conocer en mayo del año 2015, a través de un
foro ruso para estudiantes de idioma español. Ella recién comenzaba con sus
primeras palabras en nuestro idioma, así que fue una auténtica prueba de fuego
para mis conocimiento de ruso. Comenzamos a buscar y recomendarnos materiales de
estudio y desde entonces realizamos ejercicios semanalmente, cada sábado... Y,
por supuesto: el contacto permanente a través de Whatsapp es otra invalorable
forma de aprendizaje.
Para finalizar: muchos conocidos rusos me preguntan por qué
decidí estudiar ruso, cómo nació tan singular pasión por dicho idioma. Es una
historia bastante cursiosa: yo estudiaba alemán y había conocido en internet a
una alemana que estudiaba español, pero ninguno hablaba el idioma del otro en
una forma que permitiera una comunicación fluída (y nunca me gustó hablar en
inglés para aprender otro idioma). Entonces se nos ocurrió cartearnos, cada uno
en su propio idioma; tendríamos tiempo suficiente para traducir, comprender y
elaborar una respuesta. En una de esas cartas me comentaba sobre el antiguo
alfabeto alemán... al buscar información al respecto en internet, obtuve cientos
de imágenes con varios alfabetos diferentes; uno de ellos era el cirílico.
Contenía la pronunciación de cada letra y palabras de ejemplo. Recuerdo que
estuve casi toda la noche leyendo al respecto. A los pocos días me di cuenta de
que no se trataba de una mera curiosidad, sino de un interés auténtico. Y como
soy consciente de mis limitaciones, tuve que tomar la difícil decisión de elegir
entre ambos idiomas. Comencé, entonces, con el ruso. No recuerdo cuándo fue,
pero fue entre los años 2000 y 2002. Comencé, entonces, a conocer nativos que
aprendieran español y me ayudaran con los ejercicios de ruso. Curiosamente,
conocí a una joven rusa que estudiaba traductorado de alemán. Traté de hacer
algo para no dejar de lado ese idioma, pero finalmente, lo descarté por
completo. Sobre todo, porque ella, habiendo observado la autenticidad de mi
interés por el ruso, comenzó a alentarme para que estudiara en un instituto. Fue
así como llamé a la Embajada de Rusia y me dieron dos teléfonos: el del Centro
Cultural Máximo Gorki y el del Instituto Pushkin. Llamé a ambos, pero sólo el
Pushkin me devolvió la llamada. De esa manera, entonces, comencé a estudiar
formalmente, en el 2005, como mencioné al comienzo de esta sección.
Y desde ese entonces -y a pesar de algunas pausas un poco prolongadas- nunca he suspendido el estudio. No tengo intenciones de estudiar traductorado, ni de obtener el diploma de nivel C2. Mi objetivo es explorar y disfrutar de la cultura y del idioma y lograr comunicarme en ruso con la misma naturalidad que en español; aunque, por supuesto, si la consecución de ese objetivo me conduce a estar en condiciones de obtener dicho diploma, lo tomaré como un gratificante reconocimiento del destino.
Última actualización: 22-NOV-2018
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